Tenía ganas de ir a comer a este restaurante desde hacía bastante tiempo, toda la gente que conozco y había ido estaban encantados, así que al final me animé. También tenía ganas de saludar al querido amigo Koldo, pero por mala suerte ese día no trabajaba, así que tendré que volver en otra ocasión y poder disfrutar de su buen hacer y su gran profesionalidad.
Pasamos al comedor que se encontraba bastante animado y muy amablemente nos dirigen a nuestra mesa y nos preparamos a disfrutar.
Somos dos a comer y pedimos un entrante para compartir, un segundo plato para cada uno y dos postres:
Nos sirven de aperitivo Crema de hongos con bocarte marinado: Crema bastante rica, con una base de patata sabrosa y al lado un buen filete de bocarte que aquí llamamos boquerón a esta elaboración. Ya sabéis que en Cantabria se distingue entre bocarte, anchoa y boqueron. Empezamos con buen pie.
El entrante fue Ceviche de Corvina y vinagreta de jengibre y cebolleta, sabroso y bien marinado, contundente, quizá un pelín alto de cítrico, por lo demás un plato agradable cada vez más introducido, buena corvina, es una buena idea para darle salida a este pescado que no está mal del todo.
Uno de los platos fue Solomillo de buey con crema de patata hongos y foie, ración más que generosa de carne y guarnición, la salsa sabrosa, buena base de caldo oscuro, y las verduras bien cocidas, para mi gusto yo habría puesto la salsa en un costado más que bañando a la carne, pero eso es un gusto particular.
El otro plato hamburguesa de pierna de cordero, ajos asados y patata, una gran hamburguesa, exquisita de sabor, muy buena de verdad, pero sin patatas y con la misma guarnición que el solomillo como bien podéis ver en las fotos. Fallo de imaginación? De preparación? No sé cual fue pero fue un fallo simpático.
Un postre fue Brownie de chocolate y nueves con helado de vanilla, estaba rico, apetecible.
El otro postre Raviolis de piña y queso cremoso con helado de coco, también muy agradable, la pena la decoración de los platos con los cachitos de plátano y la hoja de menta, pero bueno eso es gusto particular mío.
Para beber pedimos un vino que no estaba en la carta y que vi al entrar un Tinto Tolo Do Xisto 2014 de la Ribeira Sacra, 100% mencía. Loco por la pizarra es la creación de la enóloga gallega Andrea Obenza. Vino alegre, divertido de fácil beber, con paso de boca suave, entretenido, con mucha fruta. Le volveré a probar porque me gustó bastante.
Pagamos 95€, al final, para nosotros, la RCP no es muy buena, he de decir que el servicio nos gustó mucho, grandes camareros, atentos, con la sonrisa siempre en la cara, eso que cuesta tantísimo de encontrar hoy en día. Pero la cocina nos dejó un poco descontentos, los platos para costar el solomillo 24€ y la hamburguesa 19€ creo que no están a la altura. Pero claro esa es nuestra impresión. Nos vamos con la sensación de un local que tiene un muy buena sala, pero le falta algo en la cocina.
Vosotros qué opináis? Nosotros volveremos seguro.