Rosado 7L La Legua 2013: Rosado de una noche; agradable

No os solemos traer muchos rosados, lo cierto es que tampoco probamos muchos. Durante una época se hizo rosado de calidad bastante regular. Pero hoy en día eso está cambiando, y cada vez más bodegas hacen rosados que merecen la pena ser probados.

Este es el segundo vino que os traemos de esta bodega, el anterior fue La Legua Capricho 2009 (aquí) Esperamos traeros alguno más en breve.

Este Rosado está acogido a la D.O. Cigales y lleva 85% de tempranillo 10% de garnacha y 5% cabernet sauvignon.

Lo llaman rosado de una noche, dado que procede de 7 parcelas de la Finca La Legua, macerado durante una noche con los hollejos a baja temperatura.

Con un rosa ligeramente tirando a salmón, nariz frutal, a copa parada le cuesta arrancar, luego al remover, ya sale algo de fresa, chuche. La acidez en boca está bien equilibrada. Vino graso, rico y agradable. Os aconsejamos no lo toméis muy frío, ya sabéis que a 5º poco se aprecia en el paladar.

Tenemos que decir que este Rosado 7L La Legua 2013, rosado de una noche, nos ha parecido agradable, un buen rosado a un precio que en las web de internet no llega a los 6€, con lo que la RCP es muy buena. Esperamos tengáis ocasión de probarlo y nos contéis vuestra opinión.

Vino Tinto La Legua Capricho 2009: Nos sorprendió

Os traemos un tinto de Cigales, una de esas d.o. que cogió muchísima fama por sus rosados y claretes, y que hoy en día a perdido un poco el fuelle, algo que le puede pasar alguna otra d.o. como no tengan cuidadín.

Bodega La Legua, después de exportar el 95% de su producción empieza a luchar por el mercado español, y nosotros se lo agradecemos.

Este Capricho está elaborado 100% con tempranillo y 20 meses en barrica. De producción limitada. Se llama Capricho porque es el Capricho de la familia. La propiedad se involucra en la vendimia, selección manual, en fin, en todo el proceso que lleva a hacer este vino. Por eso según los años en los que la uva da la calidad, depende de los miembros de la familia que puedan estar en bodega para producir el vino.

Bonito color picota con ribete azulado, nariz extraordinaria, madera muy fina, fruta en compota, acidez y tanicidad en un punto muy agradable que hace que la boca sea elegante, largo, con grato recuerdo y ganas de beber más de una copa, retronasal de alto nivel. Sorprendente.

Tinto La Legua Capricho 2009, cuando una bodega pone alma y esfuerzo nosotros disfrutamos de su sudor trago tras trago, botella tras botella. Esperamos lo probéis porque seguro os va a gustar.

Clarete Virgilio Rogriguez, Cigales, y del año 1958, aún para disfrutar

Un día más llegaron los dos, sí ellos, los míticos. La verdad que me lo imaginaba pues llevaba un rato sentado, apoyado en la barra, nuestro ya ínclito bebedor ocasional, y me dijo que esperaba al liante de las catas, pero en teoría iba a ser un rato tranquilo. Ja, tranquilo, pues para nada, porque encima apareció, el liante con el tercer hombre, del que casi nunca hablé, pero pensad lo que dice el refrán, no hay dos sin tres, y allí estaban, el bebedor ocasional, el liante de las catas, y el tercer hombre. Llevaba este último una bolsa y me dijo cógela con cuidado, y enfríalo un poco. Así que fiel a la orden, cogí la botella y la metí en el abatidor de temperatura (aparato muy grande y costoso que sirve para enfriar rápidamente, productos recién cocinados y así no tener que esperar demasiado hasta meterlo en cámara).
Pasados 5 minutos procedí a abrir con sumo cuidado este clarete, y he de ser sincero en cuanto que no daba nada por el, un clarete del 58??? imposible, me dije. Y una vez más me tuve que comer mis palabras.
Corcho en perfecto estado, color ya bastante naranja, nariz diferente, me daba algo de mermelada de higos, junto con algo de madera pero muy suave, y en boca aún está estructurado, pasa bien, se puede beber, está vivo, sin buscar mucho más, sólo eso que está para seguir disfrutando de él.
Mientras el Tercer Hombre nos cuenta que la añada del 58 en cigales fue muy buena, y el llegó al pueblo en el 70 buscando algo de ese vino, y le ofrecieron lo que quedaba, una barrica de la se obtuvieron mil botellas, y las compró todas. El precio 500 Pts la botella (en el 70 el único andaba por 800 pts.) a mi me parece muy caro y mucho dinero para aquella época, pero el Tercer Hombre no tiene por qué mentir. Lo dicho, les dio el dinero y le pusieron la etiqueta que tenían, y que hoy podemos seguir disfrutando.
Un auténtico placer, no ya por sabores y demás sensaciones que pueda desprender este clarete, sino por todo el tiempo que ha pasado, y porque el cuerpo te pide más botellas para seguir temblando de placer.

Puntación: 9,5 Pues simplemente por ser un vino que tiene bastantes más años que yo y aún me dice mucho.

Para que veáis el color, era el final de la botella por eso, esos pequeños posos, por lo demás todo perfecto.