Es curioso cuando se dice que es difícil trabajar y tener que atender a los comerciales de las bodegas. La verdad que muchas veces eso es cierto. Hay momentos en los que ves al distribuidor y te entran ganas de darte la vuelta, y ellos mismos saben que a veces no son muy bien recibidos. Yo intento estar con todos, pues se lo difícil que es pelearse con los hosteleros, y más en esta región donde muchos se creen saber más que nadie. Pero hay varios de ellos que para mi es muy agradable pasar un rato en su compañía, es más, tomar un agua con ellos, charlar, descansar, es un punto de relax. Y uno de ellos en Antonio, de bodegas Aguirre. Hombre con el que hablar es pasar un rato más que agradable, y aprender puesto que tiene mucho que contar para aquel que sepa escuchar.
Ya hemos hablado de su tinto Aguirre aquí. Pero hoy os traemos lo nuevo. Un rosado de lágrima, ecológico, 100% garnacha y de lágrima. Como bien dicen en la contraetiqueta del vino, el vino de lágrima “consiste en separar por gravedad y sin medios mecánicos, el vino del hollejo.” Resumiendo la uva no se prensa, y por su propio peso el vino que va saliendo es el que se aparta para elaborar este vino.
Tiene un color fresa, cubierto, joven, en nariz es mucha fruta, resto de naranja y una pizca de anís y mucha fresa, en boca es como un chupa-chup (¿recordais aquellos Kojak?). Buena acidez, lo que le hará aguantar muy bien incluso el próximo año. De verdad, una vez más, este binomio de Antonio Ruiz y Roberto Antón Aguirre, van a dar mucho que hablar en este mundo del vino. Y nosotros esperamos estar ahí para irlo contando a todos vosotros.
Esperamos vuestros comentarios, dudas o críticas con muchísimo gusto. Y si queréis saber como conseguir este vino mandadnos un mail y os contestaremos con muchísimo gusto.
Puntuación: 6