Restaurante Casona del Judío

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Después de mucho tiempo por fin consigo ir a este restaurante, la verdad que tenía muchas ganas para probar la cocina de Sergio y el servicio de Erika y aquí os cuento la experiencia que allí vivimos.

Supongo que muchos sabréis que el restaurante está en una casona, en la planta baja. Hoy en día tienen también para dar bodas, creo que es la solución para que los locales de este nivel aguanten estos años tan duros.

Muy poca gente se gasta ya 50€ por persona para comer, incluso casi ni en celebraciones especiales. Posee unos preciosos jardines, que dan lugar a una bonita terraza y a la entrada del comedor propiamente dicho. Llegamos a una pequeña barra, y pasamos al comedor, esperamos durante un rato y nos acomodan en nuestra mesa.

Elegimos el menú raices, nos parecía bastante sugestivo, más que el otro menú que era algo más extenso, e incluso mejor que pedir cosas de la carta, así que allá vamos:

Nos sirven un aperitivo que consiste en Mantequilla de alga codium con pan de empanada, bonita presentación, un pan sabroso y la mantequilla para nuestro gusto excesivo sabor a la mantequilla y nada al alga, pero bueno, es nuestro gusto.

Empezamos con Cebolleta glaseada con café y tomillo, maravillosa conjunción de sabores, el café y la cebolleta hacen una armonía muy apetecible, un plato de gran elaboración con sensaciones culinarias muy elevadas.

A continuación Guisantes estofados, va con una base de crema de guisantes y caldo de carico y eneldo, sabroso, los guisantes como nos gustan, al dente, rico sabroso, recordando a la cocina de siempre, a la cocina que no se debe de perder y mucho menos olvidar, creo que hay que volver a ella, a esas raíces y esos maravillosos platos de cuchara que a casi todos nos vuelven locos.

Seguimos con Puerro asado, tocino ibérico y glaseado de lentejas, el puerro envuelto en unas finas láminas de tocino de base un jugo de legumbre muy sabroso. Bastante rico el conjunto de sabores.

De pescado nos sirven Bonito y emulsión de mantequilla y Banana, este fue el mejor plato, una pasada. El bonito en un punto de cocción inmejorable, y la emulsión combina a la perfección, creo que aquí demuestra un dominio de la cocina realmente elevado, respetando el producto al máximo, como debe ser.

Nos cambian la carne, pues quieren que probemos, Wagyu con espinacas y suero de queso. El wagyu es una raza bovina originaria de Japón, de la ciudad de Kobe, a la que también se la conoce como Japanese Black. Agredecemos mucho el cambio de carne. Sabores, texturas, armonías, llega el paraíso gastronómico entre gemidos de sensaciones, qué bueno, qué bien hecho, una pasada de bueno.

Dos postres, el primero llamado Cítricos, con mandarinas, lima, pomelo, helado de yogur y limón, sabroso y apetecible, para las personas a las que le guste ese toque cítrico, todo bien ensamblado.

El otro postre Arroz con leche de Cantabria, tal cual, clásico, sin misterios, como debe ser, aunque para nosotros el caramelizado del azúcar no nos hace mucha gracia, pero una vez más repetimos que es nuestro gusto particular.

Para beber elegimos Gramona Imperial Gran Reserva 2010, elaborado con macabeo, xarel.lo, parellada y un pequeño porcentaje de chardonnay. Nos encanta esa burbuja fina, una acidez maravillosa, con una entrada en boca de vicio. Un gran cava sin lugar a dudas.

Disfrutamos mucho con la comida, pudimos hablar con Sergio Bastard, muy simpático y cercano, pero la sala no estuvo a la altura, se notaba que tenían muy poca experiencia, y la carta de vinos esperábamos más de ella estando en el local Erika, la verdad que en ese apartado salimos con bastante mal sabor de boca. Pero una vez más es nuestra opinión y a buen seguro que estaremos equivocados.

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