The Ninja Bartender V: La indiferencia o pasar de todo

Parece que a veces uno habla y nadie le escucha, que está luchando por algo, y que a nadie le importa, solo te queda la sensación propia de estar haciendo lo debido. Luchar porque el cliente se sienta a gusto, darle todo lo que pide, y si me permite, aconsejarle lo que yo creo que le va a gustar más.
Usted acude al restaurante, y nosotros le recibimos, le acomodamos en su mesa, y unos mejor que otros, hacen que usted se sienta más a gusto.
Y por qué entonces ustedes perdonan cuando eso que se da por descontado que yo se hacer, no se cumple. Cuando le sirven mal, le contestan mal, ustedes saben cuando un camarero no tiene ni idea de cómo servir. No lo hagan, reclamen, quéjense. Nosotros oímos de todo, ustedes aprovechan a hablar de otros restaurantes, y cómo duele oírles decir, que el servicio fue muy malo, pero que iban a volver porque el sitio estaba de moda, es más a veces hasta dicen que la comida no era ni tan buena, que era muy caro, pero volverán. Eso es un gran desaliento para nosotros. Cuando te preocupas por hacer algo diferente, poner detalles, darles conversación, escucharles. Al final a veces dices que para qué, si es igual lo que hagas que ni te miran.
Duele no sentirse valorado, pero más duele el castigo de la indiferencia. Por todos, pero sobre todo por los medios informativos, hasta los políticos, hacen el vacío a una profesión, que por otra parte decimos que tenemos de las mejores salas de España.
Por favor es igual donde estén, el servicio debe ser profesional, porque por ello están pagando, quizá no consigan que sea simpático, pues el carácter de cada uno varía mucho, quizá no sonría lo suficiente, o no sepa hacer una gracia, para que el que sonría sea usted, pero sí debe ser un profesional, saber donde está, tiene que estar a la altura de las circunstancias siempre. Claro que se puede tener un mal día, equivocarse, por suerte somos humanos, y de los errores del día a día aprendemos, pero cuando son errores de no saber y durante una comida cometen un error tras otro y no saben salir de la situación, eso no se debe perdonar. Y repito estén donde estén aunque sea el restaurante más de moda, o con más nombre.
Piensen siempre quién les recibe, quién les atiende, ese que sabe lo que usted bebió o comió la última vez que estuvo en su casa, que se sabe su nombre, sus gustos, y luego piensen si merece la pena olvidarle a el, o si su labor es igual que la hubiera realizado así o de otra forma, piense porque vuelve a ese restaurante, y si no le gusta algo de lo que hago díganlo por favor.
Pero lo peor de verdad como dije antes, es la indiferencia, como se puede hacer una guía y eliminar de un plumazo a toda la sala, por favor yo digo que el jefe de cocina es el alma del restaurante, pero creo que un poco de todo ello también es labor mía. Como se puede dar estrellas, soles, puntos, cuando la sala no sabe ni que lleva un plato, ni por donde servir, hasta está despeinado, te trae el vino abierto y tu no sabes siquiera donde le habrá abierto, haciendo cosas que no se pueden contar de vista al cliente, y luego el responsable de dar la puntuación lo pasa por alto, le da igual, hace la crítica siempre, bien por la publicidad de ese local, o porque son amigos, o a saber el por qué pero no creo que esté bien hecho.
Cuéntenme para qué nos esforzamos, o bueno, les diré porque nos levantamos con ánimos para seguir a pesar de todas esas indiferencias. Lo hacemos porque muchas veces ustedes sonríen, vuelven, nos dan la mano, están contentos, pero sobre todo porque hay veces que nos dan las gracias, que nos dicen que lo hemos hecho bien, por esas veces, de verdad, merece la pena seguir luchando hasta conseguir, que la indiferencia se termine.

Fdo: El Ninja Bartender

The Ninja Bartender IV: Te voy a dar pol Fracking

Bueno, por fin, casi un mes después tenemos nueva carta del genial Ninja Bartender. Cada vez se va haciendo más famoso, y cada vez preguntan más quien es, y como no, el cada vez intenta pasar más desapercibido. Y le entiendo, el que no te conozcan realmente te da mucha libertad para poder realmente decir lo que piensas. La carta de hoy es un tema de muchísima actualidad, y sirva desde aquí para decir que los Larpeiros en Cantabria, estamos totalmente en contra de este sistema de extracción de gas que al final sólo va a llenar los bolsillos de unos pocos y se van a cargar nuestro maravilloso paraje. Y sin más dilación:

Te voy a dar pol Fracking
Kepler-22b es el planeta “habitable” más cercano de la tierra, a unos 600 años luz, como la distancia que me ando yo todos los días de casa al trabajo. Tiene una gravedad 2,4 veces mayor que la tierra, a lo que equivale que me costaría levantarme de la cama 2,4 veces mas de lo que me cuesta ahora. Con estas previsiones, para ir de vacaciones como que no pinta. Así que mientras buscan otro planeta, continúan jodiendo este, más concretamente nuestra tierruca.
El método de sodomía ecológica utilizado esta vez es el fracking.
¿Pero que es el fracking? Países subdesarrollados como EEUU, Francia y Alemania ya lo han prohibido, pero ellos son unos catetos, no saben hacerlo, desconocen lo que un español puede hacer. Yo paso de meterme en temas científicos para eso ya esta Internet y les voy a contar una historia.
Imaginen a un individuo/a en su casa tan tranquilo por la tarde viendo el documental de la 2 o el sálvame, que para el caso, trata de lo mismo. En eso que llaman a su puerta unos individuos disfrazados de soldados imperiales y le dicen:
-¿Es usted el pringado de turno?
– Si soy yo ¿que desea?
-Enhorabuena, venimos a dar el por el fracking.
-Perdón, ¿por el qué?
-Por el fracking, mientras se baja los pantalones y se tumba boca abajo se lo voy explicando.
-Pero oiga, usted no puede…
-Sí que podemos, somos una empresa tapadera española, con tecnología yanki y capital canadiense y estos papeles firmados y sellados por el político de turno, al que hemos untao, nos dicen que si podemos. ¿Lo ve? Pero túmbese y le explico.
Se trata de un método no convencional para extraerle el gas. ¿Ve esta sonda? Se la voy a meter dos mil metros por el cacas y luego la expandiré en horizontal. Y esta bolsa de aquí ¿la ve? Voy a meter su contenido dentro. No se preocupe, tiene agua, arena y unos productos que mejor no le digo lo que es, no vaya a ser que nos demande luego.
-¿Y eso me va a doler?
-Bueno, así de pronto como que no, pero con el tiempo igual nota algún efecto secundario; un cáncer o un tercer ojo, nada que no cure nuestra Seguridad Social.
-¿Y por que no le hace esto a su puta madre?
-Ja, ni de coña se me ocurriría, no ve como voy de blindado. Esto es solo para la gente corriente y moliente. Le daré dos consejos:
Primero, en las próximas elecciones vote a alguien mas difícil de comprar así nos iremos a otro sitio y segundo, no fume mientras orine, no vaya a ser que se queme a lo bonzo.
-¿Me bajara la factura, ganaré algo a cambio, no? Acabo de pagar 140€ de gas y estamos en verano.
-Umm, usted no se, pero nosotros nos llevamos la pasta a carretillas.
Las compañías multinacionales se frotan las manos. Ya no tienen que buscar bolsas de gas, el gas lo sacan a ostias de donde esté escondido, mayormente en las betas de pizarra. Es un mal necesario, es un mal menor, es un mal que sufrirán otros.
Para saber como piensan esos cerebros tan bien pagados les voy a contar una anécdota:
 Leo las ordenes de trabajo y me toca una mesa vip de una reunión sobre energías renovables, de una gran empresa de energía que había arriba en los salones. Por lo visto, los jefes no querían mezclarse con los asistentes más de lo necesario y se cogieron un salón privado.
La mesa “vip” la encabezaba el presidente de la compañía, el gallo, el que no tiene jefes, el “master fucker”, el “quiero esto y lo quiero ya” acompañado por nueve pretorianos de lo más selecto de la empresa.
Mientras comían hablaban de futbol, del tiempo, de chorradas. Entre el jamón y la fideuá, el ínclito va y suelta la perla:
–         “A la gente hay que concienciarla de que debe usar mas los transportes públicos, bicicletas, usar coches híbridos o de bajo consumo, como el Smart. Deberían compartir coches cuando van a trabajar, así se ahorraría mucha energía.”
A lo que sus acólitos asienten cual posesos después de oír las palabras de su amo.
Hasta ahí no deja de ser un comentario más entre plato y plato, que pasaría más que desapercibido para mi, hasta que llegó la hora de irse y decidí acompañarles a la puerta.
Ahí ves a este individuo salir y meterse en un S8 4,2L gasolina y en mi cabeza solo se repetía una frase: “SERÁ HIJO DE LA GRAN PUTA”.
Vamos a ver, payaso, te has gastado una pila pasta organizando este evento, comiendo la cabeza a sabe dios quien para que ahorre en energía y vas tu y te montas en un carro que gasta más en una semana que mi corsa en cuatro meses.
 Yo, como gente que soy, me tengo que joder e ir en autobús, en triciclo o en una puta mierda de smart para que un payaso como tu, me pase a 200km/h por la autovía con el puto audi.
¿Por que no compartes coche con tus empleados?
¿Por que no vas a currar a la oficina en un híbrido o en bicicleta?
Pos sabes que te digo, que ojala se te reviente una rueda con un radio de una bici, propiedad de esos que llamas gente, y des 4,2 vueltas de campana y te estrompes contra uno de esos carteles que publicitan tu mierda, por payaso.
Otro ejemplo mas conocido fue el del gilipollas del Al Gore. Payaso de payasos se hizo mas rico metiendo miedo sobre el calentamiento global o polladas para sacarnos la pasta.
Se descubrió que el  fulano gastaba más energía en una semana que el pueblo entero donde él vivía en un mes. 13.000 bombillas encendidas todo el día en su casa, eso si, de bajo consumo.
–Es que mi casa es muy grande.
Y también tu jeta, so joputa.
Predicar con el ejemplo, ¡y una mierda!. Alforfones y no fracking les daría yo a todos ellos.

The Ninja Bartender (III) ¡Qué me quede como estoy!

Pues por fin tenemos la tercera del Ninja Bartender, que nos cuenta su experiencia por el Hospital, local que por desgracia visita con demasiada frecuencia, a consecuencia de su enfermedad crónica. Esta no va de una conversación de mesa, pero creo que refleja muy claramente lo que pasa a veces en el Hospital:

Que me quede como estoy

En esa semana antes de navidad, es común oír la frase: “si no nos toca, pues salud”. Yo pienso para mi: “si no me toca, que me quede como estoy”. Pues por desdicha, la salud no ha sido mi fuerte y esto me ha hecho ser huésped muchas veces del hospital y hace tiempo que perdí la cuenta de ellas.

La estancia en el hospital es aburrida. Todo sigue un horario y controlar ese horario te puede dar alguna libertad de movimientos.  Cuatro comidas: a las 9:00, 13:00, 17:00 y 20:00; dos termómetros: a las 8:00 y 16:00; una ronda: de 9:00 a 12:00, y las señoras de la limpieza a partir de las 10:00.
Para aliviar esta monotonía tenemos un televisor en la habitación al que le dedicare unas palabras a sus gestores:
-¡Sois unos chorizos! Si hay justicia en el mundo, en medicinas os lo gastareis.
3,60 € por un día de tele, la veas o no. Y ojito, que aquí es barato. ¿Y a quien le debemos estos precios? Pues al cártel mafioso mas grande de España, la SGAE.
Así a ojo, a cuenta del dolor ajeno, la empresa externa se embolsa en bruto unos 600.000 € al año.
¿De qué político hay que ser familia para pillar un chollo de estos?
¿Y la wifi gratis para cuando? Hasta los kioscos de helados la tienen ya.
Tema aparte son las máquinas expendedoras. Con la estúpida idea de que el enfermo no pueda coger lo que quiera de ellas, las retiraron de todas las plantas. En todo el hospital, solo ahí una maquina, en urgencias, pegada a la entrada.
Vamos, como que si quieres algo, no te lo van a traer; o sino, con dos cojones, te abrigas y te bajas hasta el séptimo circulo del infierno a por la botella de agua. Joder que solo quieres agua, no un vodka con naranja.

De todas formas, he conseguido salir por mi propio pie gracias a seguir a rajatabla las tres normas básicas para sobrevivir allí:

Primera: no comas lo que te traigan. La comida es pésima. Da igual que te comas un filete que una manzana, todo sabe a plástico. Ni la sal lo mejora.
Consigue contrabando del exterior. Con esto no te digo que te pongas morao a bogavante, pero si te traen un filete, consigue mejor uno de fuera y así con los demás alimentos que te traigan. Ganaras en salud y moral. 

Segunda: duérmete antes que el compañero. Como te toque un compañero que ronque lo llevas clarinete. En esa habitación oscura y ese silencio hospitalario, un simple ronquido te puede parecer la tormenta perfecta. No vas a pegar ojo en toda la noche. Aquí es recomendable el uso de una radio con cascos, que no solo te valdrá para la habitación sino también cuando estés tirado en urgencias durante días, rodeado de gritos y lamentos.

Tercera: mea siempre en el tarro. Con la “insignificante escusa” de ver si tus riñones filtran adecuada los medicamentos suministrados y no se colapsan, te hacen echar el trina en un tarro. Utilizando grandes ecuaciones, controlan lo ingerido con lo expulsado:
-¿Cuantos vasos de aguas has bebido?
 – 3 – dices
-¿grandes o pequeños?
– Uummm, así.
-¿algún zumo?
-no.
Aplicada las formulas, si no coincide lo recogido con lo míccionado estas perdido. Se activaran todas las alarmas. Aparecerán varias enfermeras de las fuerzas especiales, sonda en mano, canturreando: “Aquí llega el dolor, aquí llega el dolor”.
Cual hereje ante la inquisición solo te queda confesar y pedir clemencia.
-Que si, que vale, que meé en la taza. Que no me apetecía una mierda a las cuatro de la mañana levantar el puto tarro para mear.
Y más te vale, por tus muelas, ser convincente. Conseguirás, con suerte, que se retiren mientras te increpan.
-¡En el tarro, siempre en el tarro!

Analizado el entorno, me centrare en la fauna. Básicamente se compone de médicos especialistas adjuntos, enfermeras y Mirs.
Los médicos adjuntos son los que te curan. Los médicos de aquí, son muy buenos, saben lo que hacen. Nada que envidiarle a ningún sitio.
Las enfermeras son las que te cuidan. Una maravilla, son las que llevan el timón y se comen los marrones, saturadas de trabajo, nunca me han puesto mala cara cuando les he dado la chapa, y yo soy de los suaves.
Y por ultimo están los Mirs que son los que te joden. Son como los mecánicos cuando llevas el coche, que te arreglan una cosa y te joden tres.
Detengámonos un momento analizando esta criatura.
Uno pensaría al verlos que son médicos competentes, gente responsable, si están allí es por algo. Pero… tú no los has visto borrachos,  tú no los has visto a cuatro patas, tú no los has visto desatar su “dark passanger”. Yo si, muchas veces. Cada cierto tiempo organizan una cena todos ellos para festejar el no haberse cargado a nadie y yo he sido testigo directo de muchas de ellas.
Al puto Gil Grissom le costaría descifrar si en ese salón ha cenado humano o bestia. Se quedaría sin tubos para analizar la cantidad de fluidos rociados por la estancia. Trozos de retrete en la mesa, vasos rotos, parafernalia medica de juguete. No puedes dar un paso sin que oigas un crujido de cristales o pisar un charco. La zona cero era más habitable que eso.
 Tienes desde el tonto que se quiere llevar la bandera de España, hasta el tonto que se mete debajo de una alfombra haciéndose el fantasma. Se cree un fantasma. Es un puto fantasma.
Cuanto hay que forzar para que un empresario diga:
–    Basta ya, no quiero vuestra pasta.
Huevos como cocos hay que tener para quedarse en pelotas y anestesiado en un quirófano con estos cerca. Si no son capaces de agarrar un vaso, imagina un objeto cortante.
Pues hay me ves, entrando por urgencias en la mañana del día siguiente a esa cena. Y cual es mi sorpresa que al abrirse  la cortina del box se me aparece un caminante de “Walking dead” vestido de verde, con la mirada fija al infinito que me farfulla:
–    güenos días, ¿que le ocurre?
Madre de Dios, me dije, no puede ser. Pero si estos lagartos trabajan al día siguiente.
Siendo generoso habría dormido 4 horas. Estaría hasta las patas de redbull. Y ya que tienen barra libre en el dispensario, se prepararía un glucosado con piridoxina y un chute de tiamina y capitán general.
–    A ver, ¿a quien toca operar ahora?
Di gracias que fui por un cólico ya diagnosticado, porque si no, me veía marcando con un carioca mis extremidades, con las palabras. “NO CORTAR”.
Después de ese día, les perdí el respeto. Viendo eso como puedes tomártelos en serio, como puedes tragarte lo que te recetan sin mirarlo antes en Internet o consultar a un privado. Es imposible, te juegas la vida.
Pero ¿que es un M.I.R?: es el nombre de la antigua estación espacial soviética y de medico interno residente.
Sus funciones son las mismas, orbitar alrededor de algo mucho más grande que ellos, que en el caso que nos ocupa, es un médico adjunto, que es el que te cura. Mi madre los llama “los mariachis” porque van alrededor del que lleva la voz cantante.

Y para finalizar, he conseguido agrupar a cuatro tipos de ellos: no están todos los que son pero si son todos los que están:
–    los houserin@s que se creen mas listos que dios, que después de pasar de leer la historia del paciente y del tratamiento, a veces acertado, dado en urgencias , dan con un nuevo e innovador método para curarlo que se le había pasado a todo el mundo, esperando con ello, un jodido premio Nobel. Son los culpables de que te tires ingresado cinco días mas retorciéndote de dolor y comiéndote algún que otro daño secundario que no traías consigo cuando ingresaste.
–    Los rajoyrian@s que como decía José María García :” por donde pasan no manchan, pero tampoco limpian”.  Su frase favorita es: “No se preocupe, esto es normal. Ahora vendrá el especialista.” Y tu que coño eres, ¿el acomodador? Y así te puedes pasar unos días hasta que acabas en la uci, y gracias a una enfermera espabilada. La de marrones que les libran ellas a estos.
–    Los hij@deputa que son los que al entrar en la habitación al hacer la ronda, y te apagan la tele a dedo y no con el mando. A ver, so payasos, no os dais cuenta que el enfermo se tiene que levantar de la cama para volver a encenderla. Puta gracia hace eso, con 25 grapas en el pecho y una vía central en el cuello. Recuerdos desde aquí para su puta madre.
–    L@s anatomía de grey, que solo los veras en la cafetería y por los pasillos, siempre de punta en blanco y solo piensan en follar. Tendrán curro seguro, cuando acaben, en la clínica de papa poniendo tetas o en alguna aseguradora. Es obligación de los padres mantener a los hijos, aunque sean unos zotes. Si alguno te toca, empezara hacerte preguntas chorras y acabas tu dándole una clase de medicina. Te mirara agilipollado descubriendo que las cosas que le cuentas no viene en su guía de autoayuda “Se médico en 3 semanas”. Al llegar a ese punto le dices: “Léete la historia y déjame vivir”.   

The Ninja Bartender (II) León o Leopardo

Por fin, una carta más del Ninja Bartender, el ya se hace su propia presentación espero os guste. Como pequeño apunte, esto parte de una conversación entre clientes cenando un día, en el restaurante donde trabajamos y encima se junta la noticia bien conocida por todos…

Su presentación:

Debido a los escándalos del momento, el camarero Ninja, adelanta otro de sus relatos cortos de bolígrafo antes de que se le pase el arroz. Como cuenta él, relatos sacados, no del corazón o de la cabeza, sino de las tripas, del Fuaaa, e inspirados por la fiebre y los efectos secundarios de los genéricos que la ministra le hace tragar. Arremete esta vez contra el intrusismo en la caza de aquellos a los que no les entran más ferraris en el garaje y no tienen donde blanquear la pasta.

¿De león o leopardo?

–    ¿Hueles eso? Lo hueles ¿verdad? Es pólvora. Nada en el mundo huele como eso. Me gusta el olor de la pólvora por la mañana. Una vez, durante 6 horas, disparamos contra una manada de antílopes y al acabar nos acercamos. No encontramos ni uno vivo de esos cornudos de mierda. ¡Qué pestazo a pólvora quemada! Aquella llanura olía a… a victoria. Algún día, no nos dejarán “cazar”.

–    Han sido unos disparos impresionantes, señor.
–    Ya te digo majete, se me ha puesto dura y todo.

Eso comentan detrás del proboscidio muerto, posando para la foto mientras se toman un refresco light y se untan el hombro con thrombocid.
Imagino a ese bicho una hora antes. Curtido en mil batallas, con las orejas rasgadas de las peleas a vida o muerte con propios y enemigos, defendiendo la manada de los simbas, que a estas alturas de la vida, ya saben que él, es el puto sheriff de la sabana. Pero hay dos especies con las que no puede, las avispas y los hombres.
Masticando su ensalada de raíces y tallos, se siente seguro. Sabe que no hay nadie en el mundo que tenga los huevos a acercarse a lo Orzowei a joderle el desayuno. Lo que no sabe es que ese será el último desayuno que se llevará a la muela.

Días antes, su manada ya fue marcada con GPS; el que paga tiene que encontrar la presa.

A cien metros, desde un todoterreno blindado con aire acondicionado, es observado. Será el elegido, the chosen-one, el master-fucker de la manada.
Algo sorprende a la bestia, escarbando con sus colmillos, descubre unas raíces más tiernas de lo que habitúa encontrar.
Alarga la trompa pero algo se lo impide. Dos golpes, uno en el pecho y otro en abdomen. Desconcertado mira a su izquierda, dos hilos de sangre caen por su costado. De repente oye los tremendos truenos de las nitro-express, pero ya es demasiado tarde para correr con la manada, como hizo en el pasado, cuando perdió a su padre. Recuerda esos truenos y sabe que no son avispas. Sus cuartos traseros flaquean. Sus siete toneladas no responden a la simple orden de coger esa raíz, con la mirada fija en ella,

durante ese segundo antes de caer muerto entre polvo y heces piensa para si:
-Cagüen la puta de oros, si sólo me hubieran dado una oportunidad, sólo una oportunidad, para mandarlos a todos a tomar por culo de un trompazo.

Ninguna oportunidad tuvo ese elefante desde el momento en que un paganini, recién nombrado ministro de teleféricos, contrató la expedición. El guía, experto cazador y con mas cicatrices que el Cocodrilo Dundee, se rige por un código: “un disparo, un muerto”. Conocedor de la naturaleza animal y de la humana, observa a su patrocinador.  Se apuesta para si a que el notas mea sentado. Ya en el jeep le comenta que él efectuara un segundo disparo seguido al suyo, por precaución, le dice. La verdad es que no se puede arriesgar a perder la pieza, trotando malherida por la sabana, hacia donde Cristo dio las tres voces. Esto va de matar, no de mutilar a la manada. Eso no está incluido en el paquete de caza. Si no es capaz de apuntar con su orín en un retrete, a que le dará con el Holland.
-Es por su seguridad, nadie se enterará, seguro que lo mata usted- le dice el rambo – Podrá fardar en la oficina que nos salvó a todos de morir aplastados y a un bebé que estaba por allí, o mejor… a tres.

-Me gusta como suena eso- contesta el otro.
Con un apretón de manos, queda sellado el pacto entre cazador y mierda.
–    A ver… ponga cara de fiero que va.
Click
–    Usted señora, ponga al niño subido encima del bicho, y coja al perro en brazos que no sale en la foto.
Click
-¿Han quedado contentos? ¿A que su ego ha engordado cuatro kilos más? Ehhh, ¿mola no?
– Ha sido estupendo, estoy deseoso de repetir.
– Pos nada cuando quiera se pasa, pero no se olvide de traer los 35.000€.

Porque esto es de lo que va el asunto, de pasta gansa. Paquetes de caza para principiantes ofertados en centro comerciales como si fueran un bono-bus.

 Algún bien-pagado soltará sandeces como:
-“Es que hay superpoblación de estos bichos… es que no hay recursos suficientes… si es que nos duele matarlos más a nosotros que a ellos”.

También hay superpoblación de medusas en el Mediterráneo y no veo yates anclados ahí con los redeños. Esas no se pueden disecar y colgarse en una pared. Tienen que ser bichos grandes, bichos bonitos. Si es que a veces, hacen sentir respeto por los toreros, por lo menos ellos se la juegan.

Predators obsoletos de la matanza de Irak armados con distintos calibres, choperizados con cohetes con gas tranquilizante anti-estampidas y conectados a sus dueños vía satélite, con tecnología virtual. Se acabaron las diarreas, las vacunas, los mosquitos, los calores del tercer mundo. Dominarás la sabana mientras te tomas un copazo y ves “Hombres, mujeres, mascotas y viceversa”.

-Letiiiiiiiii, de que quieres la alfombra de la niña, de león o leopardo?

-De leopardo, que si lo mancha de ketchup, lo disimula mejor. Y sal ya de la piscina, deja ese chisme que te vas a quedar tonto con ese aparato. Que hemos quedado con tu cuñado dentro de una hora para inaugurar otro antro que ha  montado sin ánimo de lucro.

En dos semanas recibirá el pellejo y un fichero del photoshop con la foto del bicho y un fulano sin cabeza para que le pegues tú la tuya.

Pero los ricos es lo que tienen, que se aburren muy rápido. Da igual quien haga las leyes, si son ellos quienes controlan el dinero. Tiempo al tiempo, películas como “Blanco humano” y “Perseguido” se harán realidad, todo claro, dentro de un marco legal.

¿El banco te va a embargar la casa?
¿Deseas conducir ese deportivo que tanto te gusta?
¿Te quieres pasar todo un año haciendo turismo sexual?

Pues no lo pienses más y llama a:
“Mira quién mata”.

El programa del milenio, televisado para 69 países, 400km2 de puro bosque europeo y 2300 cámaras grabando en directo para que no pierdas detalle, cómo famosetes y frikis del momento dan caza al parado de turno. Con multitud de regalos y premios si sobrevives y premios de consolación para las viudas.

LLAMA AHORA AL 888-KILL-THEM-ALL

¿El nene dice que estudie tu puta madre?
¿Le has pillado fumando porros?
¿Te amenaza constantemente con denunciarte al psicólogo del instituto?

Pos mándanoslo porque la mañana del domingo es para ellos.
“Mira quien mata, Junior”

Sácale todo rendimiento que siempre quisiste a tu hijo, antes de que te abandone en una residencia de mierda y contribuye para que los pijos ricos de todos los santos se adentren en el fascinante mundo del matar.

The Ninja Bartender (I) Taitinger para todos

Comenzamos hoy un nuevo apartado en Larpeiros en Cantabria: Vamos a intentar convencer al Ninja Bartender de publicar sus cartas, esas cartas que el tiene escondidas y que pocos han podido leer, escritas en sus momentos de reflexión. Huelga de decir que nosotros (Los Larpeiros en Cantabria) no tenemos nada que ver con sus opiniones, pero creo que todo el mundo tiene derecho a leer estos documentos que tal como el Ninja Bartender explica: “No sólo es verídico sino es verdad”, vivencias durante el transcurso de su trabajo como camarero. Tras varios meses de ir detrás de él por fin conseguimos publicar la primera de ellas. ¿cuántas más serán? sólo él lo sabe quizá no halla más o quizá un montón, depende de su estado de ánimo.
Esta primera la titula Taitinger para todos y sin más preámbulos aquí la tenéis:

The Ninja Bartender: Taittinger para todos:

Voy a dedicarles unas palabras sobre una criatura de la que he tenido la fortuna de analizar a lo largo de doce años. A todos nos han llegado comentarios sobre ellas, pero nunca se ha podido documentar con exactitud,  ya que existe un secretismo y complicidad entre el que la hace y le deja hacer, como el ladrón y la casa de empeños.
Porque seamos justos, en España, no nos jode que haya corrupción, lo que nos jode de verdad, es que esta, no nos salpique a nosotros y a otros sí. No conozco a nadie que haya denunciado a un corrupto que le estaba llenando las sacas. Y siempre alguien se las llena. Y ser testigo directo de esto y contarlo solo pasa en contadas ocasiones.
La criatura en cuestión es el  Politicucho Ibérico Ronchador, al cual llamaremos PIR.
¿Qué es un PIR?,  ¿Cuál es su origen? En la pasada década, las modas nazi-onanistas consiguieron desviar obligaciones y servicios que antes estaban centralizados,  y pasar a ser competencia de las autonomías. Estos cabrones no buscaban trabajar más y mas duro, buscaban controlar más cantidad de dinero. Si la saca está más llena, menos se notará lo que robemos.  Pero las obligaciones con el ciudadano había que tratarlas,  y el electo de turno, al que llamaremos sheriff, pensó:

    * Coño,  ahora que me han elegido no voy a trabajar, yo estoy aquí para robar y salir en las fotos. Llamaré a mis colegas, los nombraré asesores y que ellos se lo curren. Les llevaré conmigo y comerán de mi mesa. Y si por casualidad, se lo curran bien, les dejaré que pillen lo que a mi no me entre en los bolsillos.

Y así, cual conejo en Australia, el PIR empezó a multiplicarse en España. Cada sheriff cargaba 5 o 6 PIRs a su chepa.
La vida media de este sujeto es de cuatro años. Depende de su sheriff, si cae él, caen todos. Da igual que por casualidad lo haga bien. El que venga detrás traerá sus propios PIRs, así que su único objetivo en estos cuatro años será el de lamer la máxima cantidad de tejido escrotal de su amo y tenerle contento.
El PIR, por serlo, dispone de un sueldo y de unas dietas. Estas llegan alcanzar hasta el 30% de su sueldo, pero ojo, estas dietas no son dinero en efectivo, o lo gasta o lo pierdes. Y esos euros yendo al chino a comer no te los gasta en un mes. Para este problema, se inventó una solución; la alta cocina española.   
Y ya no se trata tanto del comer como el del beber. Porque cualquier humano no puede estar todo el año comiendo percebes pero si puede estar bebiendo vino,  que si vale 200€ mejor que el de 30€, porque dicen que es bueno para la salud, no vaya a palmarla antes de que acabe su legislatura. ¿Quién te piensas tu que paga las botellas de agua a 60€? Ni tú, ni ellos con su dinero, pero con el nuestro, sí.

– ¿Les gustaría a los señores que les aromatizáramos los platos con trufa blanca?

– Por supuestos, campeón, ponle un kilo de eso al guiso y otro kilo más en un tupperware para llevar a casa; que lo pruebe la parienta.
El PIR no nace, se hace. El dedo divino de su jefe de filas le señala y le dice:

    * Tu has sido elegido para asesorar esta consejería, saca lo que puedas para ti y no me metas en líos. Mi deuda está saldada. Serás el segundo ayudante del secretario del consejero.

Da igual el puesto o lo preparado que este, el PIR, en el pasado, enterró algún muerto de su jefe y llegó la hora de cobrar.
El primer día en el despacho, comprueban que tenga Internet para poder ver porno y jugar al spider. Aburridos, rebuscan en los discos duros para ver si encuentran algún asunto turbio que el pasado usuario de ese despacho se dejara y así conseguir un tanto con el sheriff. Pasan las horas sin hacer nada esperando que alguien les reclame aunque sea para grapar unas hojas hasta que llega un PIR ya veterano y le dice:

– ¡Vamos majo, a currar!
Porque España no se gobierna desde un despacho o desde una sala de conferencias,  se gobierna desde un salón privado de un restaurante con un copazo en una mano y un puro en la otra. Esté prohibido fumar o no. Ahí es donde se fragua la política de verdad, entre humo y alcohol. Así nos va.
Y ahí empieza a llegar la carretada de coches oficiales. Entran y mi compañero y yo nos miramos y le digo:

– Mira tú, jeje, el nuevo.
Ante él se abre un mundo diferente al que está acostumbrado, el de los restaurantes de lujo. El PIR analiza el entorno, este será su futuro lugar de trabajo, su coto de caza, tiene que ser como su segunda casa.
Se sienta en la mesa, la espalda erguida, él sabe que no debe poner los codos en la mesa pero la costumbre le puede. Los retira rápidamente.

-Tengo que arreglar eso, piensa.
Llega la hora de la comanda. Presta atención a los platos que se les ofrecen de palabra. No hay carta. ¿Para qué? Sabemos lo que les gusta, sabemos que quieren lo mejor, lo más caro.
El sheriff ordena el picoteo para todos.

-Elegiré de segundo carne. Me den lo que me den, me lo comeré.
Llega la hora de elegir la bebida, doscientos quince vinos a elegir y treinta dos clases de aguas. Te cagas.

    * Yo siempre pido el de la casa, piensa. El zote no distinguiría un rioja de un Repsol motor oil.

El sheriff elige el vino. Ya le tocara a él otro día. Se queda con los nombres de esos posibles candidatos para regar los futuros papeos que serán muchos.
Empiezan a ronchar. Él espera cauto, mirando a los demás, hasta saber con qué cubierto empezar atacar los picoteos. Observa con atención los comentarios del sheriff sobre el vino y la comida. Recordando todo los detalles: que si los taninos, que si los sulfitos, que si las sales del Himalaya.

    * ¡Joder del Himalaya! Dice para si, – ¿no había una mas cerca?

Soltara esas mismas chorradas una vez fuera, en el mundo exterior, para tirarse el pegote con sus amigotes de mahou y Telepizza.
La conversación es amigable, amena, que si fútbol, que si las nuevas becarias:

    * A esa nueva becaria tuya, me la llevaría a hacer fotocopias. Dice uno, mientras rompe en carcajadas. ¿Me la pasas?

Nada de trabajo mientras se come, se enfría la comida. Eso se dejará para la sobremesa, para cuando no haya camareros, para cuando estén solos, para cuando nadie les oiga… porque si lo hiciesen, nadie les votaría.
Llega la hora del café y la copa. El sheriff pide un gin-tonic como siempre. Los demás sus gustos y le llega la hora al novato de elegir.

    * Tomare un gin-tonic también.

Seguidamente le pregunto:

    * ¿Con que ginebra, tónica, hielo y copa lo prefiere usted?

Menos le hubiera dolido una patada en los huevos que esa pregunta, pero el PIR es listo, ha llegado hasta ahí gracias a eso. Lo piensa dos segundos y decide la única respuesta que no le dejaría en ridículo delante de los seniors.

    * Tráigame uno, como el del sheriff.

Si es bueno para él lo será para mí, piensa,
A 24€ el copazo, como para no serlo. Y no se tomaran uno, caerán unos cuantos, mientras se reparten el botín. Para eso disponen de un teléfono, para llamar a un servidor.
Y así, empieza la brillante carrera de un PIR. La duda y la ignorancia le duran poco. Como ya he dicho el PIR se hace y la práctica lleva a la perfección. Evoluciona.
Y día a día, en pocas semanas, ya será capaz de comandar la mesa él solo, para lidiar con sus propios asuntos de choriceo y mangoneo.
Era cotidiano, monótono el sonar del teléfono por las mañanas:

-Prepáranos una mesa para seis que llegamos en media hora.
Y hay entraban, frotándose las manos.

– ¡Eh, campeón!, Taittinger para todos. Grita el bocas. Que  venimos muertos de frió.
Y les daba igual que ese día vinieran del entierro de un militar asesinado por ETA.
Está confiado, seguro. Está en su salsa. Lo tiene dominado. Bromea con el maître, con el chef, con los camareros. Sabemos lo que le gusta y cómo le gusta, como si estuviese en casa, que cojones, mejor que en casa. Se siente como el puto Tony Montana. “The World is yours”.
Y  no sólo en el comer se les nota. Quedó aparcada en el fondo del armario la zamarra del decathlon para dejar sitio a los trajes a medida y los abrigos de cuero.
A los pocos meses se dará cuenta que no solo puede venir a comer él, también puede llevar a la familia y amigotes los domingos. ¿Por qué no? Todo lo pagara la consejería, mis impuestos, los españoles. España esta en ronda.

– Eh, chavalote, prepáranos unos bocadillos de solomillo para llevarnos al fútbol y sácame 4 paquetes de marlboro de la máquina y apúntalo todo a la cuenta, ya sabes, sin especificar.
Que hace frío y llueve:

    * Eh, campeón, prepáranos un salón privado con el cañón pa ver el partido, que hoy no hace pa tomar el aire.

Los días pasan, cada día que no ronchas por la jeta, es un día perdido.
“Carpe diem” decía el sabio. Y doy fe que siguen a rajatabla esa idea.
Cada vez está más cerca el día del juicio final, el día de las elecciones.

    * Que no las adelanten, que no las adelanten. Rezan todos ellos con la lengua llena de pelos.

Pero ese día llega, y nunca se sabe cuándo va a estallar una crisis, un tren, o los cojones de la gente ya hartos del mangoneo generalizado.
Y en el minuto posterior a las ocho de la tarde de ese domingo saben si les va a tocar comer solomillo o filete de lomo.
Los sheriffs están cubiertos. Muchos pidieron excedencias en sus antiguos trabajos o se colocaran como consejeros en empresas a las que ayudaron con su política. Pero para el PIR no hay nada, solo lo que le haya dado tiempo a robar. Y qué raro se hace ahora volver a ese filete de lomo. Olvidaron ya su textura, olvidaron su olor, olvidaron su sabor.
El tiempo pasa y de vez en cuando los ves por la calle, ya no van en coche oficial, van a garra, con la zamarra del decathlon.  Están más pálidos, sin afeitar, más “delgados”. Les ves en el corte ingles, giran la cabeza y su mirada se proyecta hasta la tienda de delicatessen, se paran unos segundos y luego… suspiran; y cual pollo sin cabeza se dirigen con el carrito a la sección de congelados.
De antaño, asiduos a diario del local, desaparecen por completo. Te preguntas ¿Por qué ya no vienen esos clientes que durante cuatro años, día si, y día también, venían a ronchar como orcos? … La respuesta es sencilla. Nadie paga 120€ por barba de su dinero por comer todos los días.
Les dejo, tengo trabajo,  que ya está llegando el coche oficial del nuevo ganador.  Para el perdedor, solo le quedan sus recuerdos y el filete de lomo.