El pasado Martes 8 de Noviembre tuve la suerte de asistir y dar una Cena armonía en el Tenis con Pérez Barquero.
Como dice mi buen amigo Daninland fue algo nivel Dios.
Ya sólo el entorno de ese club, que es algo espectacular, merece la pena, pero luego coincidió una gran cena con un servicio inmejorable, desde aquí las gracias a Miguel el Maître y todo su equipo fue un lujo ser atendidos por ellos.
Qué decir, que cada vez estoy más agradecido por todo lo que me está pasando, poder dar este evento, volver a estar compartiendo comida y vino con gente es una pasada.
El Tenis lleva en Santander desde 1906, y la bodega Pérez Barquero desde 1905 así que historia hay aquí como para parar un tren.
Puede ir a la cena gracias a empezar a trabajar con Ánfora, y de la mano de uno de las personas que conozco que saben infinito de vinos, mi jefe, mi amigo y compañero de catas Carlos del Portillo.
Decir que se deberían hacer más catas como esta pues los vinos bajo velo flor crean unas armonías que elevan los sentimientos y las emociones a donde pocos pueden llegar.
Y vamos al meollo de la cuestión que me lio y no escribo, os dejo aquí la foto del menú y de los vinos con lo que lo acompañamos.
Recibimos a la gente con Pedro Ximénez de cosecha.

Sé que fue algo atrevido empezar una armonía con algo dulce, pero la intención es ver esa cara de felicidad a la gente con algo dulce entre las manos y lo que anima, así que al final objetivo logrado.
Empezando el camino de la albariza ya sentados tomamos unas Vieiras a las finas hierbas.
Suaves, sabrosas, con un jugo de las finas hierbas súper rico.
Lo maridamos con Fresquito blanco Tinaja

Blanco de PX, con yemas de mosto de alta calidad, criado en Tinajas durante 8 meses con velo flor, está muy interesante, aunque joven, ese toque de velo le sienta genial.
Como dice Carlos puede ser el inicio de una personal al velo flor.
No podía falta un buen Jamón Ibérico de Bellota cortado magistralmente a cuchillo
Siempre digo que la prueba perfecta de esta armonía es: Meter el jamón en la boca, no morder, dejar que la saliva deshaga la loncha, y luego beber el fino. Es una auténtica pasada.
y para ello un Gran Barquero Fino de 10 años.

Todos los vinos de esta bodega tienen una relación calidad precio espectacular pero este fino está de tirarse a rolos por el suelo de gusto.
Cuando el velo flor desaparece y entra el oxígeno a hacer su labor nos encontramos con un Amontillado, y este Gran Barquero Amontillado tiene 25 años.

y en la armonía que nos pusieron Ceviche de Corvina con Real Caviar Amur Beluga.
Vamooooos, esto si que es una pasada, aquí el umami entra de golpe y este amontillado hizo que fuera seda para todos los sentidos.
La Pedro Ximénez solo con oxígeno nos hace soñar, aquí este vino que no ha tocado el velo flor es Gran Barquero Oloroso 25 años.

Para acompañar a unas Carrilleras de buey estofadas.
Se me acaban los adjetivos, hace años vengo diciendo que a la carne un Oloroso le sienta de lujo. Yo lo he probado en varias ocasiones y os toca hacerlo a vosotros os va a enamorar sin duda alguna.
Nos pusieron Petit Four como postre para terminar dulcemente esta maravillosa cena.
Y lo acompañamos con Gran Barquero Pedro Ximénez de 6 años

Calidad nivel pro por todos lados, cuerpo, aroma, azúcar, expresivo, sublime…
Poco más que decir, solo que Daninland tenía razón cuando habló de ese nivel Dios, noche mágica donde las haya.
Cena armonía en el Tenis con Pérez Barquero, magia gastronómica sin duda alguna
Esta armonía la volveremos a repetir sí o sí, porque es algo donde los sabores se expresan de maravilla.
Por cierto antes de terminar Carlos dijo esa maravillosa frase que a mi me gusta mucho.
One more Thing, y nos despedimos con Burbujas (mi otro placer después del Velo flor)
Champagne Delamotte Brut
Me gusta decir que esto es el vino imposible, elaborado principalmente con uvas tintas, fue una caricia para el paladar e hizo un final difícil de mejorar.
Solo me queda por decir Gracias, gracias, gracias.
Carlos del Portillo Gracias por esta oportunidad.
Gracias al Tenis por el espacio tan mágico viendo la entrada de la Bahía más bonita del mundo.
A la cocina por un gran trabajo mil gracias
y Gracias de nuevo a Miguel porque tu si que sabes como dar un servicio, porque el camarero debe estar, puntual, presente y sin que se note y tu lo has conseguido.
Un abrazo familia, ya sabéis que la vida es muy corta como para beber mal vino
Nos vemos en los bares.