Casi ni me acuerdo de la primera vez que probé un vino de esta bodega, allá por los años 90, creo que algo ha llovido desde entonces.
Cuando me trajeron la botella para probarla me esperaba el clásico Rioja de Crianza, que es lo que era en equella época, pero no, me sorprendió bastante. Un vino modernizado, con mucha fruta en nariz, toques de chocolate, de fácil paso de boca, se hace muy sencillo de beber copa tras copa. Con la madera bastante bien integrada.
Un tinto que lleva 95% de tempranillo y 5% de graciano y mazuelo, y reposa durante 12 meses en barricas de roble mixto, americano y francés. Con un precio al restaurante que ronda los 5€. Su relación calidad precio, es bastante buena.
De este tipo de vinos es el que tendrían que poner para chatear, pues a 2€ la copa que cobran por los bares, tabernas y demás sitios, el margen ya es del 100%, creo que suficiente y por lo menos no es un vino pirriakero, imbebible.
Bueno esperamos que lo pilléis por ahí y nos contéis que tal os parece.