He ido a comer a Bodegas Mazón de Santander porque…
Me encanta mi estilo de vida, me permite libertad, eso de que te escriben y dicen…
Oye que vamos a mirar que vinos compramos en premier ¿nos vemos a la 1 en Santander?
Vale, es cuestión de coger el tren ir a Peña Herbosa y estar dispuesto a disfrutar. Lo demás está controlado.
Al final cervezas, blancos, tintos y algo más que algún Larpeiro comentará en el blog, quedamos dos con hambre y sed.
Miramos y decimos, oye, vamos a bodegas Mazón de Santander que nunca he ido y es un clásico en Santander.
Pues ala pa ya que vamos.
Lunes 15:00 h. el local está vacío, desanjelao, puede ser el día o la hora, nos enseñan nuestra mesa y vamos a disfrutar.
Una carta plastificada, debo pensar que estoy en una bodegaaaaaaa.
Preguntamos, algún vino fuera de carta. Dicen No.
Vale pues perdemos más tiempo en qué beber que en qué pedir para comer.
Mira que he estado en locales por toda España pero no he visto una selección de vinos peor que en Bodegas Mazón de Santander. ¿Pero para que se llaman bodega? Es como llamarte cervecería y solo vender San Miguel…
En fin pedimos La Invierna de Rioja, Reserva 2016. Sin misterio, en nariz tiene un maderón que no se va por mucho que lo movamos, y en boca pues es puro jugo de liquído conservante de lata de espárragos, con una acidez más que arreglada, y un montón de chips que nos dan ganas de pedir cola para acompañarlo.
Pero como estamos en modo zen, pasar de todo y disfrutar pues pedimos para comer:
Nos traen unos vasitos, preguntamos lo que es: Gazpacho de calabacín, lo probamos y no sabe ni a gazpacho ni a calabacín, a veces es mejor no poner nada…
Albóndigas de carne con patatas fritas: 6 Albóndigas que estaban ricas, aunque el sabor a pimiento predominaba en exceso. Las patatas fritas creo que fue las que les sobró del fin de semana, no es que fueran pre-fritas, es que parecían fritas, guardadas y calentadas en la freiedora.
Picamos también Callos Caseros. Cuando llegó el plato le pregunté a mi compañero si había pedido media ración porque me pareció poca cosa, sin guarnición ni na.
Pedimos unas patatas fritas para acompañarlos, sí, somos unos talibanes, pero dispuestos a tragar nos da igual, luego nos tomamos aloe a trisca para los reflujos de estómago y ya. Nos traen rápido las papas, mucho mejores que los otras, pero nada del otro mundo. Y nos cobran 2,00€ por ellas. Ole que huevos tienen.
Por cierto, los callos estaban ricos, aunque con mucha grasa y sin chorizo, será receta de Santander o un estilo Mazón…
De postre pedimos Tabluca de quesos de Cantabria, solo porque teníamos mucho que hablar y sed, y con el queso te puedes beber cualquier vino, y nos aventuramos a pedir el vino de la casa. Esta bien eso de ponerte el plato en medio la mesa y no decirte nada de lo que te han puesto, igual el vasito es un jarabe anti covid, o lo blanco es mozarella… El trabajo en sala…. esto es poner de comer y llevar bandejas, ¿¿¿eso es un camarero???
Y fue un viaje en el tiempo el vino de la casa, cuando en el Molino de Puente Arce en 1974, te ponían su vino, pero este de Mazón estaba… con queso pasable. Por favor, que vino más malo. Luego se quejan de que la gente no beba vino, gracias a Bodega Mazón lo raro es que alguien se anime a pedir vino allí.
Hasta el pan estaba regular y eso que nos costó 2.40.
Os voy a dejar el tiquet de la comida y eso que no suelo hacerlo, pero ahora entiendo como un lunes a esa hora, que casi todos los locales de la zona cierran y deberían estar más animados, estaban vacíos.
Comida de una calidad media, vinos de muy mala calidad y sin variedad, solo el servicio fue en momentos ligeramente amable, pues hasta ellos en momentos parecían ser de Bodegas Mazon de Santander de 1902.
Una pena la verdad…
Pero esto es nuestra opinión, esperamos la vuestra y si estamos equivocados nos lo decís, También es cierto que nadie nos paga por hablar bien o mal, solo contamos nuestra experiencia, que después de casi 40 años, comiendo, bebiendo por toda España, algo sabemos…