Os traemos la receta de un guiso de alubias que está muy bueno, y sin nada de carne, para que puedan disfrutar de ella todos nuestros amigos vegetarianos.
Espero os haya gustado.
Os traemos la receta de un guiso de alubias que está muy bueno, y sin nada de carne, para que puedan disfrutar de ella todos nuestros amigos vegetarianos.
Espero os haya gustado.
Os traigo una receta para empezar bien el año, y fue el pan que tomamos nosotros en la cena de Noche Vieja, allá va:
Esperamos os haya gustado.
Porque a los Larpeiros nos gusta la cocina directa, donde lo principal sea la materia prima y no el cocinero mediático de turno, es por ello que os traigo una receta muy fácil de hacer, sin misterios, pero que está realmente buena, sabrosa y muy sana.
Ya habéis visto que es muy sencillo, a ver si os ha gustado.
¡Qué Disfrutéis!
Samaín, o samahin, es la festividad celta más importante del periodo pagano que dominó Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas y era considerada como el «Año Nuevo Celta», que comenzaba con la estación oscura. Es tanto una fiesta de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo. Su etimología es gaélica y significa ‘fin del verano’.
Ha sido practicada desde hace más de tres mil años por los pueblos celtas que han poblado toda Europa.
Nosotros para celebrar dicha fiesta hemos preparado una Larpeirada bien rica a base de calabaza, como no podía ser de otra manera, a ver qué os parece:
Ahora que ya estamos en otoño, y las temperaturas han bajado bastante, os traigo la receta de los churros. Para una de esas tardes de sofá y mantita, que no apetece salir, pero sí tomar algo rico y calentito:
Me siento inspirada y por eso os traigo una receta, dos entradas seguidas mías en el blog, no os acostumbréis mal, tengo poco tiempo para esto, pero creo que esta receta os gustará, y la pongo porque todo va en cadena gracias a los vinos que nos ha mandado Xurxo de Albamar, por el detalle se merece que una se esfuerce en poner de comida algo que combine bien con esos vinazos.
Hemos tenido la suerte de que nos regalasen cuatro Sardas recién pescadas. Las guardé en la nevera y decidí hacerlas al horno como enseguida os contaré. Pero primero contaros qué es la Sarda (que es como se llama en Cantabria).
También llamado Verdel es una de las especies más populares en la zona atlántica, aunque hay sitios que también las llaman Caballas del Atlántico. Las principales artes de pesca utilizadas son las redes de arrastre, el palangre y con redes de cerco . Se pueden reconocer con facilidad de las especies emparentadas por sus rayas verticales de color azul negro y azul. En el desove produce 300.000-400.000 crías. De jóvenes son omnívoras y se alimentan de restos orgánicos y después se vuelven depredadoras. Las caballas se usan para una multitud de fines desde marinar, secar, freír, ahumar, hasta en gran cantidades para la industria conservera.
Ponemos un chorro de aceite en la vesuguera y sobre el añadimos la cebolla previamente cortada en Juliana y le damos un toque de pimienta.
Limpiamos las sardas, quitamos la cabeza y las ponemos sobre la cebolla. Después añadimos el tomate cortado en cuadraditos otro buen chorro de aceite y al horno durante unos 20 minutos, hasta que se note que ya está hecho, ya sabéis que todos los hornos son diferentes.
Y ya está. Os puedo decir que está muy sabroso y es un pescado muy bien de precio, aprovechar que hasta finales de Abril está de temporada.
De compras por Mercadona me encuentro con un envase de Focaccia, la verdad hacía tiempo que me apetecía probarla y esto fue lo que hice:
Después de mucho tiempo, por fin me animo a traeros una receta que acabo de hacer hoy mismo para comer, es bastante sencilla y seguro que os gusta:
Pelamos los tomates los cortamos en dados y añadimos azúcar, sal y aceite. Luego los ponemos en un bol, tapamos con film alimenticio, hacemos unos agujeritos para que respiren un poco y los metemos al micro-hondas durante 30 minutos.
Cortamos el salmón en rectángulos y les marcamos un poco en la sartén. Después los envolvemos con la panceta doble y los volvemos a poner en la sartén hasta que estén dorados.
La pasta fresca que hemos elegido ha sido unos Raviolis con morcilla de Burgos y cebolla confitada de Gallo, la que cocinaréis siguiendo las instrucciones del productor.
Y ya sólo queda colocar todo y elegir un buen vinito con el que disfrutar de este plato que está realmente rico.
Esperamos os guste.